Entre la metodología más común del arsenal terapéutico que compone la Fisioterapia, se encuentra la terapia manual, los tratamientos con frío y calor, los ultrasonidos, la masoterapia o masaje, la electroterapia, la hidroterapia y el propio ejercicio físico. Estos tratamientos se catalogan a su vez en 5 grandes ramas de la Terapia Física:
Fisioterapia ortopédica: Trabaja sobre el sistema músculo-esquelético, compuesto por todas las articulaciones, músculos, tendones, fascias, ligamentos, cartílagos y huesos del cuerpo humano. Se utiliza en la consulta externa, siendo de carácter ambulatorio, es decir, en situaciones en que el paciente puede acudir a su
fisioterapeuta por su propia cuenta. Se apoya en aparatos y técnicas correctoras y limitadoras del movimiento. Es de práctica habitual en deportistas y pacientes que han sufrido algún accidente traumatológico.
Fisioterapia geriátrica: Se aplica en todas las enfermedades relacionadas con el envejecimiento de las personas, como lo son por ejemplo la artrosis, la artritis, la osteoporosis y las fracturas por caídas. El objetivo principal es la restauración y conservación de la movilidad, que suele estar muy limitada por el sedentarismo, las enfermedades y sus causas asociadas.
Fisioterapia neurológica: Referida a las terapias que buscan la restauración neurológica de los pacientes con afectaciones del Sistema Nervioso Central. Como en el caso del ictus, la enfermedad de Parkinson, la hemiplejía, la parálisis cerebral y las lesiones de la médula espinal. Está diseñada de manera específica para aquellas personas que necesiten de opciones de recuperación progresiva o con afecciones muy graves, por lo que normalmente son pacientes de evolución lenta.
Fisioterapia cardiovascular y pulmonar: Se emplea en aquellas enfermedades relacionadas con problemas del corazón y de las vías respiratorias. Los pacientes que han pasado por una cirugía de manera reciente o que se enfrentan a dificultades para respirar se tratan mediante los métodos recogidos en esta rama. Se busca el aumento de la capacidad respiratoria para garantizar el aumento de la resistencia física del paciente.
Fisioterapia pediátrica: Se centra en bebés lactantes y niños pequeños. Los niños que padecen problemas de movilidad se tratan con este tipo de terapia, realizándoles ejercicios con el fin de mejorar su madurez motora. Presenta ciertas complicaciones añadidas, pues los niños suelen ser muy pequeños para comprender o hablar y por tanto para colaborar con el tratamiento.