¿Provoca infartos el colesterol?
¡Hola a todos! Tanto si estáis trabajando intensamente como si estáis de vacaciones, espero que estéis teniendo un gran verano. Hace bastante tiempo os hablé de la importancia de realizar actividad física y acerca de la mortalidad asociada a la grasa abdominal. En la entrada de hoy me gustaría dejaros un interesante documental que se emitió en La 2 de Televisión Española y que esclarecerá de una vez por todas la duda que plantea el título de esta entrada del blog: ¿provoca el colesterol infartos de miocardio?
El colesterol consta de 2 grupos de lipoproteínas: las LDL (low density lipoproteins) y HDL (high density lipoproteins). Aunque ambos dos grupos pueden aumentarse o reducirse con la alimentación, cabe destacar el equilibrio y la relación de dependencia que existe en estas lipoproteínas, como explicaré a continuación.
Liproteínas de baja densidad o LDL, el «colesterol malo»
Mal llamadas como colesterol malo, las LDL son lipoproteínas con una gran capacidad de adhesión a células de nuestro organismo. Una vez adheridas a la célula receptiva, liberan en las mismas triglicéridos y vitaminas con el fin de favorecer su nutrición y reparación, una función fisiológica común. El problema no es tanto su gran capacidad adhesiva en el sistema circulatorio, sino la ruptura del equilibrio con las HDL y otros problemas asociados, tales como: hipertensión arterial, sedentarismo, cardiopatías previas, calcificaciones en el sistema circulatorio, obesidad y sobrepeso, tabaquismo y una mala alimentación (especialmente si se abusa de azúcares). Tal y como se evidencia en el vídeo, estos factores resultan verdaderamente determinantes a la hora de buscar un culpable del infarto de miocardio.
Los niveles de colesterol LDL ascienden con el sedentarismo y en dietas no equilibradas o mediterráneas.
Lipoproteínas de alta densidad o HDL, el «colesterol bueno»
Mal llamado como colesterol bueno, las HDL son unas lipoproteínas con función específica: recaptar del sistema circulatorio el colesterol LDL y transportarlo de vuelta al hígado, lugar donde se genera la mayor parte del colesterol de nuestro organismo. De esta forma una vez las LDL han realizado su función «se recogen» para mantener los vasos más libres y permitir que esta función fisiológica se realice nuevamente cuando así se requiera.
Los niveles de colesterol HDL ascienden con la actividad física y en dietas ricas en omega-3, aceite de oliva y frutos secos como las nueces.
Sin más dilación y para conocer esta información en detalle, os dejo el documental, ¡espero que lo disfrutéis!