9 hechos científicos sobre tendinopatías
Algunas entradas atrás te expliqué como se produce una tendinopatía y su clasificación. Aún hay mucho que no sabemos sobre las tendinopatías, pero también hay algunas verdades incuestionables sobre este tipo de patología. Las tendinopatías son difíciles de abordar de una forma definitiva, especialmente en aquellos casos en los cuales el tendón repercute en la práctica deportiva o trabajo. Por fortuna, el australiano Peter Malliaras, doctor en fisioterapia, nos cede parte de los resultados de su investigación postdoctoral al resto de colegas, ¡y ahora también a ti!
1. Las tendinopatías no mejoran con el reposo:
Puede que sientas como el dolor se asienta, pero retomar la actividad del tendón es normalmente dolorosa. El descanso no hace nada por incrementar la tolerancia del tendón a la carga.
2. Las tendinopatías no son exactamente un proceso inflamatorio:
Aunque es cierto que existen células y componentes biomecánicos inflamatorios, los estudios más recientes no consideran la tendinopatía como una respuesta inflamatoria de corte clásico. Los antiinflamatorios pueden ayudar en casos de dolor agudo elevado, pero no está claro su efecto en la patología y las células asociadas a la misma.
3. La tendinopatía ocurre por diferentes factores de riesgo:
El principal factor tiene una relación directa con cambios repentinos en la actividad del tendón. Estas actividades incluyen tareas que requieren al tendón de cierta reserva energética (saltar, correr, caminar…) y de cargas que comprometen el tendón. Algunas personas pueden experimentar predisposición a sufrir tendinopatías concretas, principalmente por causas biomecánicas (poca resistencia o capacidad muscular, particularidades en la proporción de los huesos que componen una articulación…) o bien por factores sistémicos (la edad, menopausia, colesterol…). De hecho, este colectivo de personas puede sufrir una tendinopatía incluso con sutiles cambios en su actividad física.
4. El ejercicio es el método más evidenciado para tratar tendinopatías:
La ciencia médica nos ha demostrado que los tendones requieren de trabajos con carga progresiva para desarrollar una mayor tolerancia a la intensidad de las tareas que una persona debe afrontar en su vida diaria. En la gran mayoría de los casos una tendinopatía no va a mejorar sin este tipo de ejercicio terapéutico que desarrollamos en exclusiva los fisioterapeutas.
5. Modificar la carga es importante para asentar el dolor tendinoso:
A menudo requiere reducir cargas abusivas del tendón (al menos durante un periodo de tiempo corto) que requieren de almacenar mucha energía y someterse a menos compromiso funcional.
6. La tendinopatía NO tiene porqué ser dolorosa, aún con diagnóstico por imagen:
Esta patología es más frecuente de lo que piensas en gente que no acusa dolor. Además, incluso si te han diagnosticado una «patología severa» esto no significa de forma estricta que no puedas mejorar en tu tendinopatía. Es más, sabemos que incluso con el mejor tratamiento adaptado (ejercicio, infiltraciones…) es difícil que una tendinopatía se cure definitivamente en la mayoría de los casos. De hecho, la mayoría de los tratamientos están enfocados hacia la mejora de la función estructural y la reducción del dolor, por encima de sanar el tejido lesionado, pese a que es una consideración presente en un buen plan de tratamiento.
7. Las tendinopatías raramente mejoran a largo plazo sólo con tratamiento pasivo:
El tratamiento pasivo es el trabajo que hacemos los fisioterapeutas sobre tu tendón sin que tú participes activamente en el mismo, como por ejemplo la aplicación de ultrasonidos, masaje, ondas de choque… Como ya hemos visto, el ejercicio terapéutico controlado y supervisado es fundamental, por lo que el tratamiento pasivo tradicional debe ser un extra. Cabe destacar la importancia de evitar múltiples infiltraciones, pues evidencian una peor calidad final durante la evolución del tratamiento con fisioterapia.
8. El ejercicio para tratar tendinopatías debe ser individualizado:
Las sensaciones dolorosas de cada paciente y la función concreta de cada tendón pueden ser muy variables de una persona a otra. Insisto en que debe haber un incremento progresivo de la carga para poder restaurar la calidad y función del tendón de la forma más óptima, pero siempre respetando el límite doloroso del paciente.
9. La tendinopatía responde muy lentamente al ejercicio:
Es necesario que tengas paciencia. Asegúrate de que los ejercicios que se te indican son correctos en su ejecución y participa en la evolución del tendón durante todo el tratamiento junto con tu fisioterapeuta, no te abandones al tratamiento pasivo. Intenta resistir la tentación de tomar «atajos» como las infiltraciones y la cirugía, pues no tienen vuelta atrás y deben ser siempre el último recurso. Esta una patología complicada y que, por desgracia, no tiene atajos, aunque en algunos casos particulares tanto la cirugía como la infiltración pueden estar del todo indicados por un traumatólogo.
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