El síndrome artúrico
¿Qué es el síndrome artúrico?
El origen de este término se remonta a la Edad Media y en realidad tiene poco que ver con la literatura del rey Arturo de Bretaña. El síndrome artúrico es un concepto nacido a lo largo de esta última década, siendo consecuencia de los cambios que Internet y la vida laboral moderna han introducido para bien y para mal en nuestras vidas.
El nacimiento de los fármacos en el siglo XX ha mejorado de forma loable la efectividad de los tratamientos. Además ha disminuido significativamente el tiempo de curación, reducido la mortalidad y aumentado la calidad de vida de las personas. Sin embargo, la farmacología ha sido el el desencadenante indirecto de una competición para conseguir curar cada vez más rápido. Esto ha abierto la puerta a dudosos métodos y tendencias que casi proponen la curación a una dolencia como si fuese por arte de magia, yendo por delante de la propia ciencia y poniendo así en riesgo la salud de la población.
¿Es posible curarse de cualquier enfermedad en una sola sesión? ¿Son reales estas «pociones mágicas» que nos venden?
Curarse en una sola sesión
El estilo de vida actual exige gestionar mejor nuestro tiempo. Por este motivo, los pacientes suelen ser muy exigentes con el personal sanitario cuando enferman, necesitan curarse cuanto antes para volver a su vida normal. La gente que padece de algún tipo de disfunción se ve seducida por anuncios, personas y productos que venden la curación inmediata, ideas muy modernas (a veces no tanto) que prometen, sin garantía real alguna, la curación definitiva.
En otra serie de casos, hay gente que sufre una enfermedad crónica sin solución. Muchos intrusos y pseudociencias alternativas estudian al detalle como atraer a este tipo de enfermos con potentes mensajes de esperanza o soluciones sin respaldo de la comunidad científica con el fin de hacer dinero.
Pseudociencias de moda
Es un hecho que diversas pseudociencias han conseguido colarse en las universidades españolas. Y es que en tiempos de crisis, lo fundamental para muchas entidades es impresionar al público y conseguir dinero. Desde hace algunos años en la rama médico-sanitaria se oferta y demanda estudios en naturopatía y homeopatía, cuyo único efecto probado es el del placebo.
La medicina alternativa es un término engañoso para crear la ilusión de que un tratamiento desacreditado o no comprobado es realmente una alternativa a otro establecido por la medicina científica. Al agregar «medicina alternativa» a su repertorio de términos engañosos, los proveedores de fraudes médicos han mejorado la ilusión de que sus remedios de alguna forma potencian o mejoran los efectos de los tratamientos médicos basados en la evidencia.
La realidad sobre el mito
La vida en muchos aspectos es una larga guerra. Es completamente legítimo que un guerrero descanse y se recupere de sus heridas. Por desgracia, en la actualidad no existen estas «pociones mágicas» ni damas del lago que nos recuperen y llenen de virtud. La ineficacia de algunos de estos procedimientos ha sido demostrada por ensayos clínicos rigurosos en repetidas ocasiones, algunos desde hace más de un siglo.
Debemos reflexionar sobre como cargar con nuestro caballo para matar nuestros dragones personales y desconfiar de aquellos tratamientos y productos sin demostración científica (ni previsión de tenerla a corto plazo). Un buen tratamiento no necesariamente es ni corto ni largo, sino que se adapta a las necesidades bio-psico-sociales de la persona afectada.
La verdadera forma de recuperarse pronto de una patología es no caer en ella. En este sentido, la prevención es la verdadera clave para mantenernos en forma. No es una paradoja: mantener un estilo de vida saludable, practicar deporte y recurrir al médico, al dentista, al fisioterapeuta y el resto de sanitarios para pasar una revisión rutinaria es un método eficaz de prevenir problemas de salud mayores con duraderos procesos de recuperación.
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Enhorabuena Roberto. Tu web es muy interesante y llena de artículos muy útiles, y éste en especial me ha gustado mucho. Espero volver a tener la oportunidad de otra de tus sesiones de fisioterapia.
Contestar →en respuesta a Klinvert
¡Muchísimas gracias por tu comentario! me alegra haberte podido ayudar. Nos leemos.
Contestar →Sin duda, la mejor publicación.
Una pregunta respecto al último párrafo: ¿se recomienda visitar al fisio una vez año como al dentista?, o ¿cada cuánto tiempo y a partir de qué edad?
Contestar →en respuesta a Sasha Vólkova
¡Hola Sasha!
Has acertado de pleno: lo más recomendable es visitar al fisio con carácter preventivo 1 o 2 veces al año. Es muy útil, porque permite detectar problemas a tiempo, con el consecuente ahorro económico, de molestias y tiempo. En salud prevenir es la clave.
Gracias por tu comentario 🙂
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